El próximo martes 10 de septiembre es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio y sigue siendo un tema tabú.
El suicidio es la primera causa de muerte violenta en el mundo y en España.
Se puede hablar del suicidio en la ficción, en las películas pero en la realidad del día a día es un tema tabú, no se habla de ello. La actitud social es crítica y oculta el tema.
La adolescencia es una época de riesgo.
El suicidio no incluye los comportamientos de riesgo, las autolesiones, etc. Aunque son maneras de suicidio.
Lo que desencadena el suicidio, en la base, están las relaciones afectivas, la falta de un buen vínculo, seguro, que se arrastra desde la infancia generalmente.
Las personas con ideación suicida necesitan hacer terapia, involucrarse en grupos de apoyo, actividades sociales, etc. Como también los que tienen trastornos como la esquizofrenia, trastornos de personalidad, depresión, alcoholismo, conductas suicidas, autolisis.
Algunas personas ante el vacío que sienten, la soledad, el aislamiento, la dificultad para salir de la situación presente, la sensación de caos, de sentirse desbordado por las emociones, las crisis vitales, etc. miran hacia el suicidio como salida.
El ser humano necesita desarrollar recursos ante las situaciones que vive en el día, ante el dolor, ante lo vivido; el ser humano necesita darle sentido a su vida, a lo vivido. Todo esto da dirección en la vida, coordenadas para el día a día.
En el suicidio el dolor vence a las capacidades y recursos que la persona tiene en ese momento para superar la situación que está viviendo.
Es imprescindible desarrollar recursos y habilidades para superar, para llegar a un proceso de resiliencia. En toda situación hay una salida positiva a través de la cual aprender y seguir creciendo.
Pedir ayuda, buscarla es necesario. Solos no podemos hacer todo en la vida, en muchos momentos necesitamos descargar el peso que llevamos, los silencios a veces impuestos por el entorno. El espacio seguro y nutritivo de la terapia ayuda a abrir nuevas posibilidades.
Las crisis nos muestran lo que todavía está pendiente, lo que no hemos aprendido, integrado, a lo que necesitamos poner atención. Y todo ello sin identificarte, poniendo cierta distancia emocional, es solo un reto, una dificultad a superar y es posible. Las crisis pasan, son una oportunidad de crecimiento, de enriquecimiento.
En las crisis miramos la nube negra y no miramos el resto del cielo, todo lo que es posible y lo que podría llegar a ser posible.
A veces uno se identifica tanto con lo que vive que se olvida que es solo una parte de la realidad, de la vivencia que está teniendo. Al mismo tiempo hay más cosas que están ocurriendo, más vivencias a las que no estoy prestando atención. La mente se cierra, todo se vuelve oscuro, negativo y sin salida. Si esto le pasara a nuestro mejor amigo veríamos la salida, cuando le ocurre a uno, nos cerramos.
A veces nos centramos tanto en el propio sufrimiento, en lo que no tengo, que me olvido de todo lo que tengo que ofrecer, de a todas las personas a las que puedo llegar, las vidas que puedo tocar con mi presencia, mi sonrisa, mis palabras, mi compartir. Si tu no desarrollar quien eres, tu potencial, muchos se quedarán sin eso, sin todo eso que tú tienes que ofrecer, aunque tú no lo sepas, no te lo creas, etc.
En realidad no es importante que te lo creas, lo importante es seguir caminando, paso a paso, ya llegará el momento en que salga el sol, en que sepas cuál es tu regalo al mundo, qué has venido a ofrecer. Y eso no lo sabemos sin más, hace falta caminar, seguir adelante, atravesar diferentes momentos, situaciones y la claridad llega.