¿Qué son y para qué sirven? ¿Qué son los límites? y ¿para qué poner límites?
Poner límites es una estrategia sana, da fuerza, empoderamiento, seguridad en un@ mism@. Da flexibilidad, los límites son flexibles, no son muros rígidos, son como la piel, se adaptan a los cambios, circunstancias, experiencias, relaciones, etc.
Estoy consciente y en contacto con mis necesidades, con mi cuerpo, sensaciones, emociones. Tengo opciones, elijo.
Aprender a poner límites para un@ es un aprendizaje. En la infancia es donde comienza ese aprendizaje, muchas veces es interrumpido, aplastado, suprimido, así que habrá que recuperarlo en la adolescencia si se dan las circunstancias y el apoyo adecuado y sino en la edad adulta.
Los límites:
- Son necesarios para el autocuidado, autoprotección y respeto.
- Reflejan las creencias que tienes sobre ti mism@, el mundo y los demás.
- Muestran la relación que tienes con tu mundo interno, tus pensamientos, emociones y cuerpo.
- Ayudan al organismo a regularse, a encontrar el equilibrio, la salud.
- Esenciales para tener una sana autoestima.
- Te ayudan a respetar tu ritmo y tus necesidades.
Los límites:
Filtran y protegen. A través de tus sentidos te llega mucha información que puede ser abrumadora, generar confusión, malestar, bloqueo. Es necesario filtrar tanta información a la que estas expuest@ diariamente a través de diferentes medios de comunicación, redes sociales, amigos, conocidos, familiares, colegas, vecinos, etc. es fácil perder la conexión y escucha interna. Toda la información que te llega tu organismo tendrá que manejarla, traducirla, interpretarla, generando muchos procesos internos incluidas reacciones químicas. Tu cerebro, cuerpo y emociones tendrá que manejar, elaborar y poder llegar a acuerdos internos para no entrar en caos y desorganización.
Contienen. Los límites dan una estructura que ayuda a crecer, desarrollarse, sentirse segur@, protegid@.
Diferencian, te diferencian, separan del otro y este es un requisito previo imprescindible para poder luego conectar, relacionarte, interrelacionar con el mundo, lo que te rodea como adulto.