Es necesario preparar a los hij@s y a nosotros mismos para la vida cambiante en la que vivimos, para los cambios y para ello es imprescindible aprender a desarrollar la flexibilidad, como el agua, aprender a fluir ante los contratiempos, en lugar de ser roca, que ante los contratiempos se rompe o se astilla.

 

¿Qué funciona? Enseñar a los hij@ y a uno mismo:

  • A tomar decisiones (escoger la ropa, zapatos…) y tomar responsabilidades como recoger la mesa, ponerla, recoger la cocina una vez a la semana, diferentes actividades en el hogar, etc.
  • El esfuerzo y lo positivo que trae.
  • A confiar.  Confiar en los hijos, en las capacidades que van desarrollando, que van a saber encontrar la forma. Desarrolla la autoestima.
  • A construir la ilusión paso a paso. Esto posibilita la capacidad para sorprenderse.
  • La expresión emocional. No huir de las emociones, sentirlas, aprender a gestionarlas. Sentirlas no es pasarlas a la acción. Las emociones no son positivas ni negativas, todas don esenciales y necesarias, son la brújula que te va guiando y te muestra que está pasando.
  • Toda acción o no acción tiene consecuencias positivas, agradables y lo contrario.
  • A responsabilizarse de los actos.
  • A sentir satisfacción por lo bien hecho aunque nadie lo vea, lo premie o valore.
  • Hay sueños que se cumplen y otros hay que saber cuándo abandonarlos y dirigirse hacia otros nuevos.
  • Toda la energía que se ha puesto en un sueño, en un objeto de deseo, se puede encauzar hacia algo que si puedo lograr con m esfuerzo, con mi acción.
  • Un obstáculo en el camino o un no como respuesta, no es el final, sino el comienzo, la continuación.
  • Recursos, habilidades, capacidades al enfrentarse a los errores, a lo que no puede ser. Motivar a buscar alternativas, nuevas estrategias.