“Yo no sé que es mejor para ti, yo no puedo tomar decisiones por ti. En toda decisión hay riesgos y consecuencias. No sé cuáles serán y cuáles tú podrás tomar.
Sé que se puede esperar un tiempo, que las decisiones tomadas en caliente sin reflexión son camicaces; que las prisas te desconectan de ti, de lo que es bueno para ti; que escuchar tu ritmo es una muy buena indicación.
La pregunta es, ¿Qué quieres tú? ¿Qué necesitas tú? ¿Qué no es negociable y qué sí para ti? ¿Estás dispuesta/o a tomar responsabilidad de la decisión que vas a tomar?
Ahí está la clave.”