FUNERAL DE DESPEDIDA A MANDELA.

¡Qué curioso el funeral oficial de despedida a Mandela en el estadio de fútbol Soocer City (FNB) de Soweto en Johannesburgo!

Llueve intensamente, un buen símbolo para los sudafricanos.

Durante cuatro horas no para de llover. Por un lado los políticos, ministros y dictadores de cada país queriendo hablar y soltar su discurso; por otro lado el amado pueblo de Mandela, que no para de cantar, bailar, rezar y tocar instrumentos. Todos reunidos en nombre de Mandela y con una mirada muy diferente.
Para aquellos países en que en una época lo consideraron un terrorista; para su país y su pueblo que lo considera su padre, su líder.

Sigue lloviendo. El estadio fue el lugar donde Mandela dio su primer discurso al salir de prisión y el lugar elegido para su última aparición pública antes de enfermar.

Llueve intensamente.
Se pide silencio, bajar el tono de los cánticos y del sonido de los instrumentos para que puedan hablar y se escuchen a todas esas personalidades importantes que tanto admiran y valoran la vida de Mandela ahora que ha muerto, y que tanto tienen que decir sobre Mandela, su amigo.

El pueblo sigue con el duelo por la pérdida y celebrando el legado de Tata Madiba, el papá Madiba como le llamaban, cantando y bailando.
Celebran su vida, la vida de quienes les unió como país, dándoles una identidad, luchando para eliminar el apartheid. Durante el régimen racista del apartheid se golpeaba a los niñ@s, mujeres y hombres negros; se violaba repetidamente a las niñas y mujeres negras por el hecho de ser negras.

Se publica la lista de países y personalidades que acuden al funeral oficial a bombo y platillo.
La ignorancia es arrogante y soberbia, hace daño y destruye, se cree en posesión de la verdad y la razón, sólo tiene oídos, ojos y voz para sí misma.

Sigue lloviendo y el pueblo eleva sus cantos y rezos, más alto, elevándose con el alma de Tata Madiba.
Los sudafricanos rinden honores a la vida de su líder, turnándose a bailar y cantar noche y día, por las calles, delante de la casa de Mandela.
Durante la época del apartheid no lo podrían haber hecho, el toque de queda para los negros era a las 19h, después de esa hora, caminar por las calles suponía la pena de arresto.

Y Mandela les enseñaba “forgive them, but don´t forget” (“perdónalos, pero no olvides”).