LOS HIJOS: LA ADOLESCENCIA

Los diagnósticos y etiquetas de moda no ayudan, y es crucial que madres, padres e hij@s se entiendan, se comuniquen.

Nuestro equipo de profesionales colabora con toda la familia: con los padres apoyando, ayudando a entender, guiar, negociar, poner límites sanos; y a los hij@s con los retos que viven en esta etapa.

A responder ¿qué está pasando con mi hij@? ¿Qué me está pasando? ¿Qué nos está pasando?

A partir de los 10 años los hijos se van acercando a la pubertad, con muchos cambios para ellos y para su familia.

Desde los 12 a los 24 años aproximadamente se extiende la adolescencia, una etapa con mucho potencial y sueños, donde el cerebro se sigue desarrollando para llegar a la madurez a los 24 años.

Los cambios físicos y fisiológicos de la pubertad son parte de la etapa de la adolescencia. Es una etapa crucial donde las heridas anterior se muestran, también los talentos, habilidades y sueños que alberga este ser humano único que es tú hij@.

Como adolescente, necesitas poder entender los cambios que ocurren en tu cuerpo, cómo vas construyendo tu identidad, las dificultades que afrontas, los sueños en tu corazón, en esos momentos que estás a solas, con tu música, con tus cosas, y que necesitas ser escuchado, entendido, aceptado.

Como padre, madre, herman@, profesor/a, todo el entorno de un adolescente, necesitas poder entender qué pasa en su cerebro, cómo poder ayudarle, apoyarle para crecer y seguir desarrollando su propia identidad en esta etapa tan crucial:

En esta etapa la identidad sexual, la expresión sexual puede ser confusa, vivida en solitario, con muchas dudas, preguntas, miedo, en silencio y soledad, en una búsqueda ansiosa.

Es una etapa donde es necesario sentirte que perteneces a tu grupo de iguales, encontrar compañeros con los que poder identificarte, conectar, que te entienden.

Vivir experiencias de aislamiento, burlas, acoso escolar, bullying, gritos, agresiones físicas o verbales, abusos sexuales

Cuando los padres se separan puede ser una experiencia traumática aunque no tiene porque serlo:

Son vivencias traumáticas, son vivencias tremendamente dañinas, que marcan, que generan secuelas, que merman la gran capacidad que como adolescente puedes expresar y desarrollar:

Y suelen estar detrás de diferentes síntomas como las autolesiones, hacerse daño de diferentes maneras, no saber cuidar de sí mism@, deprimirse, aislarse, encerrarse en el propio mundo, la habitación, los videojuegos, el ordenador, el móvil,… Dejar de vivir con pasión, entusiasmo, vivir con miedo, queriendo esconderse, desaparecer,..

Como padres, madres, saber que el adolescente requiere de nuestro apoyo, encontrar un equilibrio sano de interdependencia, de diálogo, comunicación, gestionar las situaciones que nos retan con el adolescente, la autoridad.

El adolescente necesita su espacio, ya no es un niño y requiere más autonomía, respeto a su espacio y que también sepa respetar a los demás.

El equilibrio entre la dependencia a los padres, familiares, que es muy valiosa e importante y la autonomía para poder expresarse.

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