“Vacía la mente de ideas preconcebidas, de antiguas historias, de razonamientos caducos… Y cuando no haya ruido, oirás a tu corazón”. Tubi Tubau.
Cualquier circunstancia, instante es un buen momento para parar y respirar con consciencia.
Mírate, mira tu vida y felicítate por ello. Has conseguido tanto, has superado tantos obstáculos….
Por supuesto que hay cosas, personas, situaciones que no quieres, que no te gustan. Por supuesto que queda trabajo por hacer, metas por alcanzar, cosas que cambiar, etc., etc.
Tu mente siempre tiene un nuevo plan, idea, algo a disgusto, algo de lo que quejarse, etc.
Para y respira, estás ante el milagro de la vida, lo más importante y sagrado, y se te olvida. Crees que vivirás siempre y no es así. En algún momento morirás en esta vida, dejarás tu cuerpo y se acabará lo que conoces. Y ese momento puede ser cualquier momento.
Te mientes tanto que te crees todo lo que te dice tu mente, tus interpretaciones, juicios, lo que es bueno, malo, como son los demás, tú, etc. Te equivocas y ni te das cuenta.
Y vas a merced de la corriente del río que te lleva de un lado a otro, en algunos casos te culpas a ti, en otros a los demás, a las circunstancias, a la vida, a los padres, etc. Siempre hay un buen culpable a mano al que usar.
Para y respira. Observa. Para y respira. Escucha. Para y respira profundamente, y ahí está todo.