Construir un vínculo seguro y estable con los hij@s es imprescindible. Desde recién nacidos, dedicarles tiempo, hablarles con cariño, abrazarlos, tomarlos en brazos, mirarlos, construye el vínculo seguro. Ese vínculo es garantía de salud mental y emocional, y por consiguiente, salud física. Será clave para las relaciones en la edad adulta, su autoestima, seguridad en si mism@, su autorregulación afectiva,…
Tiempo insuficiente o de mala calidad genera inseguridad, miedo, sentimientos de abandono, retraimiento, agresividad,…en los niñ@s.
En psicología hablamos de Trastorno de apego o del vínculo cuando ha habido rupturas traumáticas en la relación afectiva bebe/niñ@ – mama (suele ser la principal figura de apego).
Hay trastorno de apego cuando en los primeros tres años de vida hay maltrato, abusos verbales, sexuales; abandono; separación de los padres, cambios repetitivos o repentinos de colegio, domicilio, ingresos hospitalarios, en centros de acogida, adopciones, incubadoras, mama con depresión post traumática o cualquier otra enfermedad, pérdida de uno de los progenitores, horarios de trabajo muy largos de los padres, muchas horas en la guardería y sobretodo en etapas antes de los 2 años, muchos cambios de niñera,…
Sintomatología: hay una desregulación afectiva, desde el extremo del retraimiento al otro extremo, un comportamiento disruptivo con impulsividad, déficit de atención, hiperactividad; exigentes, manipuladores, mienten mucho, constantemente, llegan a comportamientos agresivos y violentos, física y verbalmente hacia las personas que más quieren, y en muchos casos, contra sí mism@s.
Hay otro grupo de niñ@s que somatizan mucho, con dolores de cabeza, erupciones en la piel, bronquitis, dolores diversos, enfermedades,..
En muchos casos dicen expresiones como: “¡ojalá me muriera!, ¡quiero morirme, no quiero vivir!, ¡nadie me quiere!, ¡me odio, odio la vida!…No se sienten totalmente vivo, sienten un vacío interno, algo falta.
¿Qué es el ciclo de apego? El ciclo de Apego o lazos afectivos:
Cuando se rompe el ciclo surgen problemas de vínculo. El bebé no ve cubiertas sus necesidades de forma consistente, se siente desamparado, abandonado, triste, enojado. No se desarrolla la confianza.
La personalidad surge de la combinación y negociación interna de las cualidad temperamentales ( o innatas del bebe, todos los bebes son únicos ya al nacer) y las experiencias que el bebe y niñ@ en pleno desarrollo viven, en su familia, en la relación con los progenitores, herman@s, profesores, compañer@s, etc.
El descubrimiento y estudio de la Epigenética nos muestra como la herencia genética es influida y alterada por las emociones y las experiencias de vida. Nuestra genética no permanece pasiva ante lo que vivimos sino que se ve afectada, de igual manera que nuestro sistema nervioso, el desarrollo de las diferentes áreas del cerebro. La biografia del bebe y del niñ@ modela su estructura cerebral y va determinando su futuro.
Afortunamente nuestro cerebro posee la cualidad de la plasticidad que significa que es posible cambiar. Hoy en día gracias a muchos estudios y trabajos de neurología, entre ellos los del Dr. Daniel Siegel, sabemos que a través de la terapia y la relación terapeútica es posible reparar el daño, el desorden y desequilibrio producido por la ruptura de vínculo.