No puedes vivir toda la vida en “pause”, en algún momento necesitas pulsar el botón de “play”.
Recuperarte de las fracturas del alma no es fácil. Puedes vivir con cicatrices, no con heridas que sangran.
Al principio todos tenemos una brújula que nos indica lo que esta bien para nosotros.
En el proceso de adaptarte, encajar en el mundo, en la vida de los demás, te rompes. la parte rota pierde el contacto contigo; comienza el falseo, la prostitución emocional por amor, por pertenecer, te conviertes en lo que los otros quieren, desean, dicen que es lo correcto, mejor.
Sorprende de adulto ser dependiente emocionalmente de otra persona, que necesites al otro para controlarlo o para someterlo. Necesitamos drama emocional, un nivel alto de descarga de adrenalina, de montaña rusa emocional, sino la vida, las relaciones son aburridas, sosas.
Pierdes tu brújula para las relaciones sanas y ahora estas orientado a las relaciones tóxicas, insanas, abusivas, que ahora se consideran normales para algunos, lo natural, lo que hace todo el mundo y surgen voces de “hay que adaptarse sino te quedas solo”.
¿Y si no fuera así? ¿Te atreverías a vivir una relación amorosa, equilibrada y sana?